¡Por fin llegó el verano! Aunque, en realidad, no debería de haber mucha diferencia entre lo que comemos durante el año y lo que comemos en vacaciones. Sin embargo, mantener una buena alimentación en verano no solo es un reto, sino también una de las mayores preocupaciones de la temporada. Las barbacoas, las cenas y las comidas vienen para quedarse y los excesos empiezan a formar parte de nuestro día a día. Pero… ¿Es posible evitar esos kilos de más? Para ello mantén el equilibrio; come ligero y mantente activo durante el verano
Aquí tenéis unos consejos de buenos propósitos veraniegos para volver, al menos, como nos hemos ido. Porque sí, se puede comer, disfrutar y mantener el peso hasta volver a la rutina.
Moderación
No deberíamos ver las vacaciones como una luz verde para abandonar unos buenos hábitos, pero podemos darnos algún capricho. Desde unos huevos con bacon, a un helado de chocolate después comer, o ese dulce tan típico de la zona. Disfruta de todo ello, pero con conciencia.
Todo es cuestión de saber elegir lo más conveniente. Es decir, con moderación y sin excesos, comiendo de todo, pero en pequeñas cantidades. Si te pasas alguna vez, no te tortures.
Llévate tus propios Tentempiés
Procura tener a mano frutos secos (crudos o tostados, evita los fritos y salados), fruta fresca, desecada o un bocadillo con ingredientes saludables. No te pases el día sin comer para “compensar” la cena de la noche, pasarás más hambre y acabarás comiendo mucho más de la cuenta.
Productos frescos
Prioriza el consumo de verduras y frutas, escoge guarniciones verdes en lugar de patatas fritas. No descartes las opciones vegetarianas, que a menudo (aunque no siempre) son más ligeras y saludables. ¡Recuerda que la fruta es un postre delicioso!
Huye de los buffet
Busca alojamiento con cocina, los apartoteles o apartamentos te permiten tener más control sobre lo que comes y también la forma de comerlo. Huye del buffet libre, pero si no te queda más remedio aplica el sentido común y recurre a lo más sano (verduras, frutas, yogures, panes integrales, queso fresco, pavo/jamón, huevos cocidos…). En plato pequeño, mucho mejor.
Más agua y menos alcohol
Bebe agua con frecuencia y evita consumir bebidas azucaradas y alcohol, tus peores enemigos, así que deja su consumo para algún día de forma moderada, y escoge vino o cerveza mejor que destilados y mezclados con bebidas azucaradas.
Muévete
Haz tus trayectos caminando siempre que te sea posible. Si estás de visita en una ciudad, planifica tus visitas por zonas y hazlas a pie. Si estás en un destino fijo, como una casa o apartamento vacacional, puedes meter las zapatillas de correr y salir a hacer unos kilómetros o a caminar expresamente. Aprovecha las horas de menos calor para salir a pasear, coger la bici o nadar.
Recuerda que tu peso y tu estado de salud dependen de lo que hagas durante TODO el año y unas vacaciones no deberían de alterarlos. Si, además, retomas tus hábitos saludables cuando vuelvas a tu vida normal, recuperarte de las vacaciones será mucho más fácil.
Recuerda siempre que para ello mantén el equilibrio; come ligero y mantente activo durante el verano para no engordar.
En mi opinión creo que lo que más nos hace engordar en verano es el descontrol que llevamos. Yo intento mantener más o menos los mismos horarios de comidas y, por supuesto, hacer algo de deporte aunque esté de vacaciones.